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Una vez que se introducen los alimentos sólidos, estamos ayudando a moldear la relación de nuestros chicos con los alimentos y establecer un estilo de alimentación saludable.
El momento de la introducción de alimentos sólidos dependerá del bebé, pero no se recomienda antes de los cuatro meses.
La preparación de cada niño para los alimentos sólidos depende de su propio ritmo de desarrollo. Las señales de que un bebé puede estar listo para comenzar con los alimentos sólidos incluyen sentarse con un apoyo mínimo, demostrar un buen control de la cabeza, llevarse objetos a la boca o agarrar objetos pequeños. Consulte con su pediatra antes de comenzar con los alimentos sólidos.
Una vez que su bebé pueda sentarse y llevarse las manos u otros objetos a la boca, puede introducir alimentos con los dedos para ayudarlo a aprender a alimentarse solo.
Las texturas más suaves son muy importantes cuando se introducen los alimentos por primera vez. Los bebés generalmente comienzan con alimentos hechos puré o machacados alrededor de los seis meses.
Para evitar que se ahogue o se atragante, asegúrese de que todo lo que le dé a su bebé sea suave, fácil de tragar y cortado en trozos pequeños. Algunos ejemplos de estos alimentos son: trocitos de plátano o banana, crackers o galletas tipo barquillo, huevos revueltos, pasta bien cocida, pollo bien cocido cortado en trocitos, calabaza amarilla, chícharos y papas) bien cocidos y rebanados.
A medida que los bebés desarrollan habilidades motoras y de masticación, son capaces de manipular elementos como frutas blandas y bocadillos. A medida que el niño crece, se recomienda una variedad de alimentos saludables.
Es importante que su bebé se acostumbre al proceso de comer: sentarse, comer con cuchara, descansar entre bocados y detenerse cuando ya no tiene hambre. Y siempre fomentar las comidas familiares desde el principio para que sea un momento de compartir juntos.
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Por Julieta Spodek